2022/08/14
A pesar de que ya nos parece muy lejana para recordarla, antes de la República instaurada en 1931, luego de unas elecciones locales, hubo una Primera República Española, surgida del fracaso de cualquier otra posible forma de estado en la época. Ocurrió en 1873
La República auxiliada por la Paz y la Justicia pone en fuga a sus enemigos. La Flaca, num. 56, 13 de marzo de 1873
A raíz del destronamiento de Isabel II (28/09/1868), la Gloriosa Revolución de 1868 alcanzó un ritmo que bien puede calificarse de trepidante y que no se aquietaría sino temporalmente con la instauración de la monarquía de Amadeo de Saboya (enero 1871- febrero 1873). Amadeo, monarca de talante abierto y liberal y lleno de buenas intenciones, se esforzó por llevar a la práctica sus deseos de cambio ideológico y transformación de las estructuras de la nación, que la propia Constitución de 1869 propiciaba. Pero no encontró el sostén suficiente para llevar a cabo semejante tarea, en un clima político en que la intransigencia a izquierda y derecha hacia virtualmente imposible cualquier avance. En este marco, el asesinato de Prim (28/12/1870), principal valedor del monarca y figura carismática del momento, acabó de privar a Amadeo del apoyo y la energía que le quedaban tras los cortos pero azarosos meses de su reinado. Cansado de intentar conciliar a sus propios partidarios, el rey Amadeo abandonó el país a cuyo progreso se había entregado.
Amadeo I de España. Por Carlos Luis de Ribera y Fieve (Banco de España)
Producida su abdicación, en el ambiente de cambio y transformación exigido por la revolución septembrina de 1868, no quedaba como fórmula alternativa más que la proclamación de la República, que bastantes venían propugnando desde hace tiempo como solución a los males de la patria. Por eso, agotada la fórmula monárquica, apenas extrañó que la tradicional forma de estado de España se trastocara en un modelo desconocido en el país, pero que empezaba a hacer fortuna entre muchos progresistas por el prestigio creciente de los EE.UU. y el recuerdo todavía vivo de la implantación de la Segunda República francesa en 1848.
Francisco Pi i Margall (1824-1901). Por José Sanchez Pescador
Sin violencia alguna, en ausencia de alteraciones de la convivencia social, con el refrendo de las propias Cortes de Amadeo de Saboya, la República surgió como una fruta madura de las expectativas e ilusiones puestas en ella por grupos reducíos pero muy activos de la España del momento. Sucesivamente, Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar ocuparon la presidencia del Poder Ejecutivo.
La experiencia, sin embargo, terminó en un fracaso. El 3 de enero de 1874, el general Pavía entra en el Palacio del Congreso, da un golpe de estado y disuelve las Cortes. Como en otras ocasiones de la vida política española, un militar, el general Serrano, ocupará la jefatura del Poder Ejecutivo.
Los materiales que siguen para ilustrar debidamente este interesante período se deben a José Manuel Cuenca Toribio, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Córdoba