“Honu”, la tortuga: la marca de los Mares del Sur

adminActividades, NOTICIAS DE AGNYEE, Novedades

2022/08/06

El paso por los Mares del Sur deja huellas en el alma y en el cuerpo. Lo atestiguan los que a lo largo del tiempo lo han hecho en navegaciones de distinto porte. No podía ser de otro modo para los tripulantes del Pros que, en etapas muy distintas en cuanto a esfuerzo , duración y otras circunstancias, han ido surcando el océano Pacífico desde Ecuador hasta las Islas Salomón. Cuando se pregunta a todos los que han vivido ya esta experiencia es difícil encontrar a uno sólo que no reconozca la huella inolvidable trazado en sus espíritus por la inmensidad del Pacifico, la soledad de las jornadas, el hechizo de su cielos rasos y también de sus nubes negras,  la intensidad de sus vientos y, cómo no, la impaciencia generadas por sus calmas.

Es notorio que los tripulantes oceánicos gustan –como los pescadores con sus presas– de hacer ostentación de las millas navegadas y la intensidad de los vientos arrostrados. Sus familias y sus amigos lo han escuchado con paciencia muchas veces, sin conseguir evitar que lo cuenten con deleite una vez más. Sin embargo, no faltan tampoco quienes guardan sus recuerdos y emociones para momentos de intimidad, de los que sólo hacen participes a los muy allegados. En unos y en otros, la huella de los Mares del Sur está viva, a flor de piel o en lo más hondo del espíritu.

Adicionalmente, se dan casos en que ni siquiera la acreditada discreción de los navegantes consigue reprimir su imperiosa  necesidad de encontrar algún cauce o expresión externa a la intensidad de las vivencias acumuladas. Estos no harán ostentación, no producirán aspavientos, tampoco se jactarán de las millas navegadas ni competirán en la conversación por la fuerza de los vientos o los peligros superados. Son ya marinos muy curtidos, a los que los demás miran con respeto.   Un reducido grupo  que, de un modo entre discreto y secreto, expresa en su propio cuerpo la huella indeleble de los días vividos en los Mares del Sur. En este objetivo, “Honu” les acompañará para siempre, al recordarles  algo que  ellos mismos no están dispuestos a olvidar.

Tatuaje de la tortuga. Una huella de los Mares del Sur

En maorí, la tortuga se llama “honu”.

Honu representa la constancia, la paciencia, estabilidad, perseverancia, tranquilidad, paz, vida, fraternidad, bienestar y armonia. También simboliza al navegante, pues se le asocia a viajes largos, longevidad y persistencia en los objetivos y en los destinos.

Honu juega un papel esencial en la cultura polinesia, en la que la mar está considerada como la fuente de la vida, pero también donde se descansa tras la muerte.

En todas las culturas orientales, las tortugas han sido un símbolo de paciencia y sabiduría en situaciones de estrés o en momentos de presión. Gracias a su constancia y paciencia aguantan vientos y mareas.

El caparazón de honu tiene un sentido claro, el del hogar y la protección. La protección a la tribu, a la familia y a uno mismo. También simboliza la paciencia, la constancia y la paz con uno mismo. Por eso, se lo suelen tatuar personas que se sienten en armonía consigo mismas.

Hay otros símbolos añadidos:  las puntas de flecha en el caparazón refuerzan el significado de protección. También aparece un sol naciente. El sol es una representación de riqueza y de esplendor. La salida representa el renacimiento mientras que la puesta es un paso a un más allá. Por fin, están las olas, la representación del mar, fuente de vida y experiencias.

Se dice que Honu atrae la buena suerte y es sinónimo de felicidad del que la porta y la armonia con la vida que lleva.

Todo esto, y más, puede alcanzarse en los Mares de Sur. Algunos ya lo saben por experiencia. Otros van a experimentarlo en breve.