6 de febrero de 2020

MiriamNoticias desde el PROS

6 de febrero de 2020.  
47º00,99′ S – 64º16,45W.

Amanece como un día primaveral: cielos despejados, un mar plano y brisa muy suave. Ocasión para un placentero desayuno incluyendo huevos revueltos con jamón, salvo para los durmientes de la guardia anterior.

Después revisión de la jarcia y reparaciones diversas. Aprovechando la navegación como si estuviéramos en un gran lago, izado de todas las velas y prácticas de maniobras. La vista merece un recuerdo fotográfico, incluso Ignacio saca a volar su dron. Éste, por causas aún no resueltas, se rebela y desobedece a los mandos y desaparece de nuestra vista. Mediante maniobras del Pros se recupera el control. Lamentablemente, en el aterrizaje de emergencia y al segundo bote, el muy cabrón decide irse por la regala, para desolación de todos.

Sin reponernos del disgusto, hacemos prácticas de sextante en la meridiana. No aprovechamos las medidas ni hacemos las oportunas correcciones, renunciando a mejorar la posición GPS, que damos por buena. Eso sí, a continuación hubo una buena sesión de posado fotográfico de la tripulación bajando el sol, para perfiles sociales y familiares, curriculum y convalidación de las prácticas de sextante.

Tras el vermut correspondiente a un apacible día vacacional, disfrutamos de unas estupendas costillas de cerdo al horno, con patatas revolconas al chorizo criollo, deferencia del chef bilbaíno a bordo. Aunque lo niegan reiteradamente, estamos asistiendo a una guerra culinaria regional larvada, sorda e incruenta, entre el bilbaíno y el salmantino, para deleite de la tripulación.

Durante estos últimos días de navegación no hemos encontrado otros barcos a nuestro paso. Esta tarde en la zona Fé en Pesca hemos ido sorteando numerosos pesqueros. Permanecen fondeados y desconocemos el arte de pesca que utilizan. Nos proponemos averiguarlo en nuestra próxima parada. Al parecer, capturan la merluza negra patagónica. De momento nosotros no hemos conseguido pescar nada, a pesar de los distintos métodos utilizados.

Por la tarde nos han acompañado suponemos que alcatraces o albatros, no estamos seguros. Con gran envergadura, hacen unos majestuosos vuelos a ras del agua, con los extremos del ala prácticamente rozando la superficie.
Tras este apacible día de recreo, a la caída del sol ha comenzado a soplar un viento bastante constante de 17-20 nudos, de través, que nos ha permitido recuperar alguna milla que no hicimos durante el día.

FIN