Viernes, 26  de noviembre.

Por caprichos del viento hace tres días cambiamos de rumbo dirigiéndonos al Sur, por ello el Sol nos amanece por el través de babor y no por la popa, como hasta ahora. La temperatura cada día es más agradable y cálida, hecho que todos agradecemos mucho. Ya no es preciso abrigarnos en las guardias nocturnas y los edredones hace tiempo que fueron guardados.

Después de un laborioso trabajo de desmonte, limpieza y mucha pericia, por fin Juan Carlos puso en funcionamiento el motor del servicio de proa para gran complacencia de todos, siendo por ello recompensado con la última cerveza que quedaba a bordo. Sustituyó un muelle por un alambre que esperemos dure hasta Papeete. El recambio ya fue pedido a Madrid.

Chemi sigue peleando igualmente por recuperar la bomba de agua dulce situada en el pasillo de la cocina. Un día de estos lo conseguirá, pues no ceja en el intento.

Hoy también se han visto recompensados nuestros pescadores con la captura de un listado de 3 kg que mañana degustaremos con mucho gusto. Ayer volvimos a perder otra rapala. ¡Deben de ser piezas grandes para romper una pita tan gruesa!

En la sobremesa, después de comer una deliciosa paella de pulpo y aros de jibión, cocinada por nuestro experto Eduardo, el tema de conversación estuvo centrado en las motivaciones por las cuales Francia sigue interesado en mantener la Polinesia como parte de su territorio nacional.

Arantza Galarza