25 de febrero de 2020

MiriamNoticias desde el PROS

25 de febrero de 2020. 
Hay algunas frases míticas del cine que todos, o al menos mi chica y yo, hemos soñado decir, realmente convencidos, algún día. “¡Siga a ese coche!”, orden detectivesca subiéndonos a la carrera a un taxi neoyorkino. “Un billete para el próximo autobús, me da igual a donde vaya…” petición que siempre me ha parecido sugerencia de nuevos y emocionantes descubrimientos.
Ayer, tuve la oportunidad de repetir una de esas célebres frases de las pelis de aventuras: “¡Por ahí resopla!” grité desde la bañera del Pros, cual si en la cofia del Pequod y buscando a Moby Dick me encontrara. No di el aviso hasta que por segunda vez observé, por nuestra amura de babor, el surtidor de agua subiendo, rápidamente, unos cuantos metros hacia el cielo chileno. Inmediatamente movilización (solo faltaron Pepe y Juanma, que estaban luchando contra una pata de cordero, despedazarla y servirla en una fuente, ya que era la hora de comer. Bronca que nos cayó, ya que, aunque les avisamos y oyeron revuelo, pensaban que sería debido a cualquier nimiedad sin importancia, y que teníamos que haber insistido más). Búsqueda de cámaras, o más bien de teléfonos móviles, y a inmortalizar el feliz encuentro. Al menos 3 ballenas nos rondaron por ambas bandas durante un par de minutos, en los que pudimos ver sus lanzamientos de agua y sus grandes lomos negros pasar lentamente a no más de 30 metros. Como diría aquél: “en dos palabras: Im- presionante”.
La navegación transcurre tranquila y sin sobresaltos en demanda de Puerto Montt, nuestra próxima escala. Las guardias, con mi compi Diego, son muy llevaderas, y por las tardes ahora se monta la timba del Mentiroso, sin apuestas ilegales ni bourbon con hielo (por desgracia), entre un servidor, Maite y Friqui.
Durante esta noche hemos pasado, ¡ojo al dato!, a través de la Boca del Guafo, al estrecho del Corcovado. Justo al sur de la isla de Chiloé… ¿Hay nombres más adecuados para una próxima novela de aventuras? Venga, animarse escritores de Agnyee, que soy consciente que haberlos haylos, y de los buenos.
Ahora navegamos entre Chiloé, enorme isla, y el continente americano, por aguas chilenas, en una plácida y soleada mañana pacífica, con la génova y la mesana cazando el poco viento que nos empuja. La crónica se va acabando… Oigo revuelo en la cocina, son las 13:58 y estando Alberto de por medio, el aperitivo marinero estará, como cada día, de rechupete. Así que … mamá, ya sabes, no te preocupes, estoy comiendo estupendamente. Y tengo el cuarto, ejem, más o menos, recogido.
Javier García Veiga