23 de febrero de 2020.
11:40, 48º 18,817´S – 75º 56,166W.
Las 3:50 a.m. … suena el despertador para tomar el siguiente turno de guardia. Al relevar al turno anterior nos dan las novedades y nos advierten de un paso “complicado” a unas 3 millas.
Bueno, estaremos atentos le comento a Javier, mi compañero de guardia. Miro con detalle la carta y… ¿“complicado”?. Antes habíamos pasado por “Angosturas”, “Pasos Tortuosos” … y este de enfrente, innominado, es… ¡mucho, mucho peor!.
En la carta, el paso se extiende al NW durante 20 millas, con sólo 0,5 millas de ancho, sin balizar, … en la negrura de la noche… No se ve nada. A estribor, oscuridad; a babor, negrura; al frente nada… y arriba una miríada de estrellas, en un cielo limpio, espectadoras de nuestras dudas.
El paso está ahí enfrente, lo dice la carta… (en ese momento recuerdo la advertencia que hace el plotter de no fiarse exclusivamente del mismo… gracias, por el “disclamer” en este momento, ¡graciosos!). Me siento como un torero esperando al toro a puerta gayola… pienso en dar la vuelta y esperar unas horas navegando en círculos y esperar a que amanezca. Bueno, tampoco hay que dramatizar… vamos allá…
Javier se sitúa más a proa donde los instrumentos no le deslumbran. Dice que ve el perfil del horizonte donde se unen las laderas de un lado y otro. Aumento el zoom del plotter, arrumbo un poco a estribor… Al poco, Javier me dice, … “¿no estamos acercándonos demasiado a estribor?”… miro la carta y le confirmo que estoy evitando una restinga que tenemos a babor y que, una vez pasada, nos volveremos a situar en el centro del canal.
Corriente y viento, flojo, en contra. Mientras, pienso en que este paso deberíamos nombrarlo como “Paso Horrendo” para seguir con la tendencia… me inclino por “paso Mecagoentóloquesemenea” pero no estoy seguro de que sea aceptado por las Sociedades Geográficas.
El track del plotter nos confirma que lo dejado atrás queda centrado en el canal. Empieza a amanecer… por la aleta de estribor. En breve, el alba ilumina nuestra derrota. Ya estamos casi al final.
Aparece el siguiente turno de guardia… les pasamos las novedades mientras se abre el desfiladero dejando un mar despejado por proa.
A la vista del parte de meteo, decidimos salir al Pacífico, iremos más rápidos. Tendremos vientos portantes.
Por la tarde, nos llama por radio un crucero de pasajeros. Su piloto nos pregunta, con curiosidad, por qué abandonamos los canales patagónicos y salimos al océano. “Somos un velero y buscamos viento”, le contestamos.
Pasan unos minutos y nos vuelve a llamar. Nos recomienda que no perdamos la oportunidad de atravesar el canal Pulluche, al norte del canal Carrera del Diablo. Buscamos en las cartas y con dificultad terminamos encontrándolo. Llegar a él nos retrasaría casi un día … Sorprendidos, le preguntamos la razón de su recomendación… contesta: “¡Por su belleza y angostura!”.
De momento, avanzamos aprovechando el buen viento previsto. Tomaremos la decisión más adelante según evolucione la meteo.
Diego Fernández-Casado