Noticias desde el Pros, día 20 de marzo de 2022

Emma OlazabalActividades, Noticias desde el PROS, Novedades

Día 21 de marzo 

SEGUIMOS NAVEGANDO HACIA EL OESTE.

Ayer, día de San José, Eolo apareció con su regalo. Si desde que salimos de Bora Bora, el viento había brillado por su ausencia, y el mar había impresionado por su superficie absolutamente lisa, esto ya ayer por la noche, comenzó a cambiar. Un viento portante ha ido en aumento, y además de llevarnos a rumbo, nos comporta velocidades de unos ocho nudos. El antaño llamado mar español, nos ha hecho entender su sobrenombre del Pacífico.

Durante millas y millas, hemos surcado sus aguas tranquilas, sin ver ningún otro barco, ni siquiera un avión en el cielo. La absoluta tranquilidad de sus aguas, solo se veía alterada por la estela dejada a nuestro paso. Ninguna muestra de vida a nuestro alrededor, con excepción de algún pez volador, o algunas aves al pasar por las proximidades de una pequeña isla.

Nuestros denuedos por lograr sacar alguna pieza de pescado, relamiéndonos solo con la posibilidad, no han dado sus frutos hasta hoy, ante la cicatería de este inmenso océano. Cuando ya nos disponíamos a cambiar uno de los señuelos, para ver si este podía funcionar mejor, la otra caña ha comenzado a avisar de que algo se encontraba al final de su sedal. El lance, largo y llevado con prudente y magistral mano, nos ha traído a bordo a una potente y temible barracuda. Tras valorar si la íbamos a hacer parte de nuestra dieta o no, y ante la ausencia de hormigas para descartar la ciguatera, hemos optado por devolverla al mar, a fin de evitar los estragos que provocaron en la flota de Elcano en su día.

En estas situaciones, nuestra mente se retrotrae a los navegantes que hace quinientos años, cruzaron estas aguas, en encalmada total. Sin motor. Con escasez de agua y de comida, y sin saber siquiera donde iban. Qué fuerza debió tener, quien los animaba a seguir hacia un lugar ignoto con apariencia de quimera. Su madera de héroes hechos de otra pasta nos asalta continuamente al poder comprobar in situ, las sensaciones que tuvieron que tener al padecer las privaciones que comprobamos.

Este viaje, nos aporta muchísimas cosas positivas que ya han quedado dichas. Pero el ser capaces de –mínimamente– llegar a ponernos en la piel de aquellos héroes, nos reportará un bagaje que no podremos ignorar, y que seguro nos será de mucho provecho en el futuro.

Desde un punto de vista más prosaico, gracias a Iridium nos hemos enterado que el Barsa ha goleado al Madrid, y estamos pendientes de saber que ha pasado en la semifinal de Nadal con Alcaraz en Indians Well.

Tampoco con eso contaban Elcano y compañía.

Algún día por la tarde, en la hora del gin tonic, cuando desconectados del mundo, fantaseamos, con que algo pudiera haber ocurrido en el lugar del que venimos, y lo ignoramos totalmente, nos acercamos un poco más, a lo que pudieron sentir aquellos navegantes.

En el océano Pacífico 

Bernardo Negueruela