Noticias desde el Pros, día 19 de marzo 2022

Emma OlazabalActividades, Noticias desde el PROS, Novedades

Día 20 de marzo

Tres días desde que salimos de Bora Bora… y cada atardecer es un espectáculo.

El primer atardecer fue indescriptible… no había forma de decidir qué vista era más bonita, si la que teníamos a proa con la puesta de sol o la que quedaba atrás, por popa, con la luna iluminando el mar y la figura de la isla de Bora Bora recortándose en el ocaso. Por popa, colores malvas y violetas en el horizonte, platas sobre el mar, blancos en el cielo. Por proa, amarillos, naranjas, tostados… el mar calmado, sin viento, como una manta de terciopelo azulado irisando los colores del cielo… las ondulaciones se tornan rojas en las crestas y añiles en los senos de las olas. Creo que nunca he visto un atardecer tan bonito.

El cielo es otro espectáculo… las estrellas y constelaciones brillan con fuerza, definiéndose con claridad pero desconocidas para nosotros, acostumbrados a la configuración estelar del hemisferio norte. Con ayuda, vamos identificándolas y asociando los nombres míticos a esos puntos sobre nosotros.

Las siguientes noches han sido igual de sorprendentes en la variedad de colores… sin embargo el cielo no ha estado tan despejado. Han aparecido nubes que reflejan en sus volúmenes los colores, intensos, que tanto nos asombran.

En el último atardecer las nubes nos anticipaban viento y chubascos… no han defraudado. Navegamos con el génova y trinqueta, apoyados a bajas revoluciones por el motor, manteniendo entre cinco y seis nudos de forma constante y, según las rachas, por encima de siete de vez en cuando. Este viento que nos hace andar, también nos obliga a hacer algo de Suroeste para aprovechar su intensidad. No importa. Daremos otro bordo más adelante. Lo importante ahora es navegar y recorrer millas.

Las guardias establecidas nos ordenan los turnos aunque todos solemos coincidir ante los atardeceres. Picoteamos algo, escuchamos música, practicamos la esgrima dialéctica en las tertulias para, poco a poco, pasar a descansar conforme a los horarios de las guardias de cada cual.

Anoche mi guardia empezaba a las seis de la mañana… ocupo el camarote de proa y mantengo la escotilla abierta para que entre aire y poder dormirme contemplando las estrellas. De repente a las cinco y cuarto oigo un ruido, parecido a un martilleo, en cubierta. Al despertarme, el primer pensamiento es sobre la guardia anterior haciendo alguna maniobra. Presto más atención. El ruido, intenso, es una especie de aleteo y no es sobre cubierta sino sobre la cortinilla que cubre la escotilla… Sobresaltado, precavido, asomo sobre la cortinilla para distinguir uno o dos peces voladores saltando. Si llegan a caerme en la litera, … el susto hubiera sido de antología y hubiera dado crédito a los monstruos marinos que atemorizaban a los navegantes de hace 500 años.

Salgo a cubierta … la guardia anterior se sorprende y congratula de que adelante el relevo… les quito las ilusiones y les hago notar la razón de mi aparición… Llevamos dos cañas por popa con sendos curricanes… resultado de la pesca hasta hoy: rapalas 0, escotilla 1.

Diego Fernández Casado.