Nuestra historia: Los afrancesados (62)

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2022/03/19

Francia, nuestro importante vecino geográfico, ha tenido siempre una cercanía mucho más que física en la vida española. Aunque los relatos oficiales se construyen, en su mayoría, en forma de rivalidades, luchas de poder e influencia y batallas o guerras por el dominio, la historia completa es mucho más que eso, siendo lo anterior del mayor interés.

A partir del reinado de Carlos III, Francia es para España un pais guía y sus intelectuales y artistas, una fuente indiscutible de inspiración. Desde el Tratado de San Ildefonso (1796)  se habían restablecido las líneas del tercer pacto de familia, que hacía de España un aliado de Francia. La patricio de los afrancesados es, pues, un hecho anterior a la invasion napoleónica, expresado en hábitos, modas, escritos y culto por personalidades de las, las artes, las  ciencias y, en general,  el pensamiento francés. En ocasiones ello se expresó en forma de  alabanza del teatro clásico francés (Molière, Racine, etc.) y  en detrimento del teatro clásico español del siglo de oro, considerado demodé. En el impulso a la Comedia Nueva, como reza el título de la obra de Leandro Fernández Moratín. En la extension y difusión entre los ilustrados de las obras de Rousseau y Voltaire. Y en la entrada de otros autores como Mirabeau, Quesnay, Fenelon o Montesquieu para inspirar diversos campos de la indagación intelectual. Las Reales Sociedades de Amigos del País invitaron a técnicos e ingenieros franceses para difundir sus preocupaciones por la modernización de España, etc. De este modo, durante un largo período,, para una parte nada desdeñable de las persons cultas, la imagen de Francia  iba unida a la de nuevas ideas y progreso social.

                                  Sátira de José I, tildado de borracho

Todo esto sufriría una gran alteración con la ocupación  francesa de Pamplona y Figueras (1807), la llegada de Murat a Madrid en 1808 después del motín de Aranjuez (17-18 de marzo) y la abdicación de Carlos IV (19 de marzo) y la reunión en Bayona de la familia real española con Napoleón. En medio de la tensión entre la ira popular  frente a la invasion francesa y la brutalidad de su desempeño militar y el aprecio de las ideas francesas de muchas personas, adquiriría verdadera entidad  ese grupo complejo, en su composición social y su comportamiento, que llamamos los  afrancesados. Fieles mientras duró al rey Jose I, exiliados después y perseguidos, también, por Fernando VII,  alcanzaron la amnistía en 1820 durante el trienio liberal. A partir de 1823, com la restauración del absolutismo de Fernando VII por los Cien mil Hijos de San Luis, los afrancesados dejaron de existir como grupo identificable. Pero no cabe equivocarse, los afrancesados eran hombres del Antiguo Régimen, no liberales, como algunos pretendieron:  ajenos a los conceptos de elecciones y representación popular. Y desparecen cuando en 1823 a España no le queda otra alternativa que mantenerse anacrónicamente en el antiguo regimen, como ocurriría durante la vida de Fernando VII o adentrarse, ya definitivamente, en la era contemporánea.

Los textos que desarrollan este tema llevan la autoría de Gerard Dufour, historiador de la  Universidad de Provenza

LOS AFRANCESADOS