Skull Island. Un relato de Pepe Solá

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2022/10/18

Pepe Solá, presidente de Agnyee, casi se ha convertido en residente de las Islas Salomón. Tras cubrir la etapa Islas Fiyi– Islas Salomón, la necesidad de hacer frente a algunas reparaciones del velero Pros le retuvo en Honiara unos días y, posteriormente, en Noro, en la Provincia Occidental, lugar en el que se podía contar con un apoyo mecánico notablemente superior al de la capital de las Islas Salomón. A la espera de que lleguen de Australia los repuestos necesarios, sus días transcurren con lentitud, al ritmo en que se desarrolla la vida entera en estas islas del Pacífico. Mientras domina su natural impaciencia por continuar la Expedición, nos ha enviado la crónica de una visita a la Isla de las Calaveras.

Skull Island

¿A quién, en algún momento de su vida profesional, no se le ha aproximado alguno de esos “head hunters”, tan de moda hoy en día? Pues bien, esa figura ha existido, pero en su sentido estrictamente literal, en las Islas Salomón, desde hace milenios hasta hace apenas cuatro días …

Durante la necesaria, y ya prolongada, parada del Pros en estos lugares, aprovecho los muchos ratos libres para conocer la historia, la tradición y la idiosincrasia de estas desconcertantes Islas.

Hoy me he acercado a Skull Island, donde moran los espíritus de algunos jefes tribales junto a sus más preciados trofeos. Al desembarcar y antes de penetrar en la isla, es obligado realizar un curioso y enigmático rito para sosegar a los lémures que por ella vagan. Suerte que me acompañaba mi amigo Nathan, sabedor de la importancia de esa ineludible liturgia.

A lo largo de los siglos la cacería de cabezas ha sido una práctica común en muchas culturas, y algunas no tan alejadas de nuestras zonas de confort. Pero ha sido aquí, en las Islas Salomón donde probablemente ha alcanzado mayores cotas de barbarie y donde ha perdurado más tiempo, hasta ya entrado el S.XX.

En particular la pequeña isla de Roviana destacó sensiblemente en este atroz “deporte”, intensificando sus campañas de cacería durante el siglo XIX y aterrorizando a los habitantes de las provincias lejanas. Aparte de otras connotaciones más o menos supersticiosas, la colección de cabezas era una manera de reafirmar la autoridad y el prestigio del jefe local. En general se cortaba la cabeza al enemigo caído en combate. Pero en las Salomón no se limitaban a los enemigos, ni siquiera se esperaba la ocasión de una refriega, sino que Roviana organizaba frecuentes expediciones específicas con ese propósito, en ocasiones eximiendo a las islas vecinas y con destino a las más alejadas, como Isabel, Malaita o Guadalcanal. Se cuenta que la población de Isabel quedó diezmada por los raids que sufrió en el S.XVIII. Una expedición de Roviana a Simbo en 1844 retornó con 93 cabezas

Aquí te cuentan, con bastante aplomo, que esto del headhunting debe de entenderse como una tradición cultural desarrollada a lo largo de los siglos. Hombre, tradición sin duda, pero cultural … Vamos, que no acabo de ver el paralelismo entre la cacería de cabezas y el baile de la sardana en el Alt Empordá o de la jota en La Almunia de Doña Godina, por poner ejemplos que nos son próximos. Ni siquiera con la caza del zorro en Inglaterra, hoy ilegal, pero que los británicos siguen practicando.

En algún texto he leído que tradición “es el conjunto de costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones” Espero francamente que esto no se lo tomen aquí al pie de la letra.

De cualquier manera, Skull Island es un lugar que realmente merece la pena su visita. La isla, a pesar de destino tan sórdido, se encuentra en uno de los entornos más espectaculares de las Salomon. Un prolongado buceo en las coralinas aguas que la rodean, refresca el cuerpo y también el espíritu con emociones más seductoras.