16 de diciembre del 2019

21º 43,27’S    39º 51,17’W

Seguimos con nuestra imperturbable singladura hacia Río de Janeiro. Rumbos del 210 -dos, uno, cero- al 240 -dos, cuatro, cero- a unas 30/40 millas de la costa brasileña.
Por la mañana, en medio de un chubasco con puntas de viento de 20 nudos y con visibilidad reducida, nos cruzamos con un crucero de pasajeros que iba con rumbo norte a unas dos millas del Pros. Impresiona ver su gran silueta por tu estribor en medio de la niebla que provoca la fuerte lluvia que está cayendo.
Ya en la noche, nos cruzamos un campo de pozos petrolíferos. Desde lejos, empiezas a ver fuegos en el medio del mar; conforme te vas aproximando, aparecen las grandes plataformas petrolíferas que iluminan todo el mar. Valoramos si parar a por unas cervezas frescas, ¡lástima que a esas horas el bar debía estar cerrado!.
Siempre se agradece alguna novedad.
Agustí