16 de enero de 2020.
Ayer nos tocó pasar la noche en blanco. Viento del sur de 30 nudos con rachas de hasta 40 no tuvieron piedad y nos atizaron de lo lindo al Pros y a sus 7 tripulantes. Como consecuencia se rifó 1 la trinqueta. La escora y los vaivenes sobre las olas no nos dejaron conciliar el sueño. Nos lo tomamos con tranquilidad y paciencia, confiados en la buena navegación del velero y en la pericia y experiencia probada de nuestro capitán.
Hoy estamos avanzando poco, con viento del suroeste de 20 nudos, que en estas latitudes significa que viene de Punta del Este, lugar hacia el que nos dirigimos. Navegamos lentamente y entre lo de ayer y lo de hoy, ya vamos con un día de retraso según la fecha prevista de llegada a Piriápolis, nuestro puerto de estancia en Uruguay.
Enfilaremos la enorme desembocadura del Rio de la Plata el 17 enero, casi en la misma fecha, que hace 500 años, lo hicieron las 5 naves de la expedición Magallanes-Elcano. Nosotros, ya sabemos que es un rio; ellos pensaron que podía ser el deseado paso entre el océano Atlántico y el Mar del Sur, pero tras comprobar que, según avanzaban, el agua se volvía dulce, dieron media vuelta. 1200 millas más abajo, y casi un año después, les esperaba ese paso.
Son las 20:05 del jueves 16 enero y seguimos “Tras la estela de Elcano”, noveno día de navegación de la tercera etapa, de 21. La bandera de cortesía uruguaya ya ondea en la cruceta de estribor del Pros.
Javier García Veiga