15 de diciembre de 2019

MiriamNoticias desde el PROS

15 de diciembre de 2019

Chubasco tras chubasco, que pone a prueba los reflejos de la tripulación y agota las reservas de adrenalina. Afortunadamente navegamos con poco trapo, lo que nos permite afrontar, no sin cierta ansiedad, las rachas de 30 nudos que nos asaltan con más frecuencia que la deseable. A pesar de ello, el Pros ha navegado 185 millas durante las últimas 24 horas, con una velocidad media de 7,7 nudos. ¡Todo un récord!.
Anoche, durante el ocaso, atravesábamos los arrecifes de los Abrojos, mientras Paco, nuestro historiador y relator, además de cocinero, nos narraba con todo detalle la batalla que allí se desató entre las armadas hispano-lusa y holandesa. Holanda pretendía hacerse con el control del Brasil, pero la escuadra ibérica, bajo el mando del almirante Oquendo, frustró todos sus planes y con una audaz maniobra le infringió una severa derrota. No aconteció aquello sin un importante sacrificio de los vencedores que dejaron en estas aguas una parte importante de sus efectivos. Emocionados, recordamos a aquellos 600 bravos marinos cuyos huesos reposaban a apenas 20 metros bajo nuestra quilla.
Nuevos chubascos en el horizonte.
Sigue el reporte diario, esta vez de José Ramos Conejo.
Pepe Solá

15 de diciembre de 2019

19º 38,92’ S      39º 06,30’ W

La banda Pepe Solá y the Transoceanics Sea Boys se han disuelto.
Navegamos plácidamente con el ketch Pros, equipado con velamen Marconi y rumbo variable entre 205º y 210º con una velocidad envidiable entre 7 y 9 nudos, la cual se mantiene constante a lo largo de la jornada.
La velocidad se consigue por la génova, largada dos tercios. La mayor con dos rizos y la mesana con un rizo.
La guardia nocturna de 00h. 00m. hasta las 03h. 30m. la realizamos Pepe Solá y Jaime Sánchez, turnándose a la caña y yo personalmente de oteador del horizonte por si algún pesquero o elemento flotante no identificado esquivara nuestros sistemas de detección.
El resto del día transcurre: “¡¡¡¡¡Qué día más bonito!!!!!” y la amena conversación de la tripulación en la bañera. Bueno…, y los quehaceres cotidianos de una navegación a vela.
El resto de la noche transcurre: “¡¡¡¡¡Qué noche más bonita!!!!!”.                     y … personalmente, como tripulante, la experiencia es increíble e inigualable. Las circunstancias pasajeras de soledad me hacen reflexionar sobre lo más profundo de mi ser en todos los entornos de la vida.
Con la música a otra parte.
José Ramo Conejos.