15 de febrero de 2020

MiriamNoticias desde el PROS

15 de febrero de 2020.

“…Si ambas luces de un vapor / por la proa has avistado / debes caer a estribor / dejando ver colorado… Si va verde con el verde / o encarnado con su igual / entonces nada se pierde /  siga a rumbo cada cual…”.

El cruce del estrecho de Todos los Santos, más conocido como de Magallanes, nos tiene ojo avizor día y noche, prestos a maniobrar, siguiendo las reglas marineras tanto en verso como en prosa. Canales angostos, mareas cambiantes, corrientes contrarias, vientos fuertes, obligan a estar alerta. El denso tráfico marítimo y las numerosas balizas, nos recuerdan que estamos en un canal que comunica 2 océanos y separa, o más bien une, un continente con una extensa región formada por cientos de islas de distintos tamaños, bautizada hace 500 años como Tierra de Fuego.
El viento polar nos indica que cada vez nos alejamos más del Ecuador, y que en unas pocas horas doblaremos el cabo de Froward, paso clave de esta aventura, ya que será la máxima latitud sur que alcanzará el Pros en estos 3 años que surcamos los mares “Tras la estela de Elcano”.

Sobrecoge pensar en aquellos aventureros que nos precedieron 500 años atrás, las calamidades que sufrieron, el hambre (pasamos ahora junto al Puerto del Hambre donde hace 440 años se asentaron los primeros españoles de la expedición Sarmiento de Gamboa) y el frío que pasaron, y el desconocimiento de lo que se encontrarían a cada milla navegada. Brindaremos en el paso Froward por su memoria.

Mientras, avanzamos hacia los canales patagónicos chilenos, con paso firme, a las órdenes de nuestro capitán Fernando y bien nutridos por nuestro masterchef de a bordo, Alberto. Durmiendo cuando tenemos sueño y comiendo cuando tenemos hambre. Sin mirar la HRB.

Estrecho de Magallanes, latitud 53º47´S, longitud 70º57´W.

Javier García Veiga