Nuestra historia: La España del siglo XVII (34)

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2021/04/14

El siglo XVII es un siglo apasionante por muchas razones aunque la historiografía más común lo ha convertido en un hito del proceso de decadencia de España. Es verdad que los monarcas que suceden a los Reyes Católicos y a los dos primeros Austrias, conocidos como Austrias menores, parecen confirmar esta común convicción, sostenida de modo consistente por muchos, al menos desde Cánovas del Castillo. Pero seguramente el concepto de decadencia necesita de muchos matices para poder ser aceptado y esto es parte de lo que se discute en la entrada de hoy por un conocido hispanista británico como es Henry Kamen, con buenos argumentos. En primer lugar porque la decadencia ha de probarse por relación a un período anterior de superior progreso, sobre el que no parecen existir evidencias sólidas. Y, en segundo lugar, porque los  fragmentarios datos que confirmarían ese declive se refieren más a Castilla que al conjunto de España. A lo que habría que añadir que en la idea de decadencia se confunde lo que pasa en España con lo que acontece en el imperio español, que no es necesariamente lo mismo. Todo ello arroja una visión revisionista de nuestros mitos habituales, que ilumina la historia posterior y los problemas estructurales que están en la base del retaso en el desarrollo español.

Por su parte, otro primer espada de la historia y especialista -entre otras muchas cosas- en la figura del Conde Duque de Olivares, John H. Elliot, nos relata el conflicto, que será crónico, entre el poder real y las oligarquías nobiliarias, financieras y locales durante todo su período de privanza. De modo que el gran avance que significó no sólo la conducta de Olivares  -“era limpio de manos, lo que ya le diferenciaba radicalmente de su predecesor, el duque de Lerma– sino su visión de estado respecto de la imperante en tiempos de Felipe III, acabó abruptamente con su  caída en 1643, en medio de la satisfacción de sus numerosos y poderosos adversarios. Lo que llevó a dos generaciones de estancamiento político y la vuelta a las formas oligárquicas tanto en los poderes centrales como provinciales,  de larga tradición en el país.

Para terminar, Antonio Dominguez Ortiz, otro reputado historiador y miembro de la Real Academia de la Historia (fallecido en 2003), describe de manera vívida la composición del país, su estratificación social, los conflictos generados por las desigualdades de fortuna y posición social y las dinámicas generadas por todo ello. El cambio social fue modesto pero no inexistente: “el cambio experimentado en el siglo XVII no resulta tan grande [como en el siglo XVI], y hasta puede dudarse de que existiera algún cambio fundamental en cuanto a los fines; más bien cambiaron los medios, los métodos, los impulsos….

La España del siglo XVII