Nuestra historia: La flota de Indias (33)

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2021/04/11

Hoy volvemos sobre senderos ya transitados y retornamos a América y a la navegación. La organización de las relaciones con las Indias descubiertas pronto fue una empresa prioritaria a la que la monarquía hispánica dedicó muchos esfuerzos materiales, legales y organizativos. Era preciso llegar a recónditos lugares para el traslado de personas -predicadores,  colonos, militares, funcionarios, etc.-, en primer lugar . Y era fundamental hacer posible el comercio de productos, celosamente guardado de la potencial participación de otros países por el establecimiento de un monopolio legal, cuya administracion le correspondió desde temprana fecha a la Casa de Contratación de Sevilla.

La organización  de las flotas de Indias dió lugar a un calendario previsible para las expediciones,  en torno al cual giraba la vida de los centros establecidos en América y, en no menor medida,  la de las ciudades españolas volcadas en esta actividad. Impulsada y regulada desde la península, surgía así la corriente principal de un comercio de metales y mercancías valiosas,  que alimentaba las numerosas líneas comerciales creadas y mantenidas  en el Mar Caribe y las que se irían  estableciendo en el Pacífico por medio del Galeón de Manila.

La entrada de hoy, debida al Profesor Manuel Lucena Salmoral, Catedrático de Historia de América de la Universidad de Alcalá de Henares, describe el origen y modalidades de organización de las flotas, su regulación en el tiempo y los hechos principales que de todo ello se derivaron hasta su final en 1778, tras  218 años de su existencia regular. Un período dilatado, seguramente demasiado, por el afán de mantener un monopolio comercial que acabaría generando amplio descontento entre los criollos y, junto a otras razones,  contribuiría a impulsar un clima favorable a la independencia.

La flota de Indias