2022/07/06
Dejamos nuestra saga histórica en el Trienio Liberal, un periodo corto y también convulso de nuestra historia, durante el reinado de Fernando VII, uno de nuestros reyes más denostado. Pero, en general, si nuestra historia esta cuajada de episodios violentos y de alteraciones del ritmo previsto de las cosas, la del siglo XIX ocupa un lugar singular, por la abundancia de lo que se dio en llamar “los Pronunciamientos”. Se trata de frecuentes intervenciones castrenses en la vida política que – de signo conservador o progresista– inclinaban la voluntad del Rey, cuando no provocaban alteraciones más profundas en el propio régimen político o constitucional.
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, por Antonio Gisbert (1887-88). Museo del Prado
La entrega de hoy analiza esa “institución”, tan usual en la vida española de ese siglo ( y del siguiente), desde el momento mismo del inicio del Trienio Liberal ( 1820-1823) con el pronunciamiento de Rafael del Riego y los muchos que siguieron a este.
Con su arenga a los soldados del 2º Batallón del Regimiento de Asturias en Cabezas de San Juan, que tuvo lugar el 1 de enero de 1820, Riego se pronunció. Y el término “pronunciamiento” pasaría a describir similares episodios que habrían de repetirse en las décadas siguientes.
Este fue el contenido de su pronunciamiento: