Noticias del Pros, día 4 de abril

Emma OlazabalActividades, Noticias desde el PROS, Novedades

Día 5 de abril

Mi última crónica.

Esta palabra, última, lleva estos últimos días, cada vez con una mayor frecuencia entre nosotros.

Esta redundancia, no es un error, es una licencia que me permito, para remarcar la importancia que ha cobrado en nuestro día a día.

Desde hace algún tiempo, un día si y otro también, se escucha por cualquier rincón del barco: Esta es la última cerveza; esta es la última botella, de tal o cual cosa. Estas son las últimas galletas…

Somos ya conscientes de que son nuestros últimos días a bordo. Y que culminara, el día que digamos, esta es la última noche a bordo.

En nuestras cabezas, hace ya tiempo que va anidando la sensación “de final” de esta aventura. Dentro de nosotros, se libra un duelo interno, entre las ganas de ya llegar a puerto. Abrazar a nuestras familias. Comprobar que todo va bien. Y lo que estamos viviendo, que ya echamos de menos antes de que finalice.

Ya vislumbramos el final de esta experiencia, en la que con mucho mas realismo del que esperábamos, hemos replicado parte del viaje de Juan Sebastián Elcano.

Ya divisamos los primeros islotes de las islas Fiji. Estamos a unas ciento treinta millas de Suva, nuestro destino.

Bien es verdad, que el valor de esto, lo es en función de lo que sabemos tenemos en nuestras vidas. Es extraordinario, porque no es lo habitual.

Desde que salimos de Bora Bora, hemos pasado casi veinte días, por un océano Pacifico, que no nos deja ir.

Ese desierto de agua, que se empeña en que estemos un rato más con él, ha jugado con nosotros, un día sí y otro también.

Cuando parece que ya estamos cerca, nos hace un Penélope, y lo avanzado costosamente por el día, lo retrocedemos en un santiamén por la noche.

Nuestras cabezas se han forjado en comunión con esta brutal naturaleza, al mismo tiempo que hemos disfrutado, de amaneceres indescriptibles. Atardeceres, que no por acostumbrarnos a verlos cada día, han perdido la fuerza de entusiasmarnos en cada crepúsculo.

Hemos disfrutado de una bóveda celeste que quedara grabada en nuestro recuerdo para siempre.

Esa jarra de cerveza helada que nos está esperando en el puerto, no podrá nada, contra estos cielos estrellados infinitos.

No velara un ápice el recuerdo de lo vivido.

Pierde tu mirada una noche, buscando estrellas fugaces, y tu deseo al final, será pedir volver a verlas.

El otro gran amigo, el Pros, que, con su autonomía felina, y su nobleza canina, tanto nos ha dado, marca sus tiempos.

Nos ha atado a su rueda, para que, a través de nuestras manos, nos haya permitido sentir su alma en nuestro interior.

Y, por último, este fabuloso grupo de personas que conforman la tripulación de esta etapa, que después de casi un mes juntos, han conformado un conjunto asíncrono, perfectamente engranado, que a través de todas sus “infinitas” cualidades, han permitido que manifieste que ha sido un lujo y un placer, compartir esta navegación con ellos.

Y como en los discursos antiguos, uso la formula: “sean mis últimas palabras” para reconocer la suerte que he tenido de disfrutar de esta magnífica y enriquecedora experiencia a bordo del Pros, embarcado en este proyecto, con estas increíbles personas.

Pero la gran ventaja de esta palabra “última” es que su concepto siempre estará en relación con lo siguiente. Y por eso, “última”, lo será, por ahora.

Bernardo Negueruela