Piratas (6). Una pirata china: Zheng Shi

adminActividades, NOTICIAS DE AGNYEE, Novedades

2021/02/05

Siempre se ha considerado la piratería un oficio reservado, casi en exclusiva, para hombres. Sin embargo, la historia desmiente también este simplificado estereotipo. Un conocimiento menos prejuicioso nos enseña que, cuando las condiciones les han sido propicias para ello, mujeres y hombres han sido capaces de protagonizar similares acciones,  tanto heroicas como infames. Algunos ejemplos de mujeres piratas permiten remontarse a Artemisia, reina de Halicarnaso, en 500 a.JC, Teuta, reina de Iliria,  o Alfhild, hija del rey godo de Dinamarca, Siward. Sin olvidar a algunas de las más conocidas y cercanas: Juana de Belleville,  Grania O’Malley, Lady Killigrew y, ya en el S. XVIII, Anne Boney y Mary Read.

Jorge Luis Borges se inspiró en un relato sobre la vida  de la protagonista de esta entrada para escribir el cuento La viuda Ching, pirata, incluido en su obra Historia Universal de la Infamia. Hoy se conocen con más certidumbre los verdaderos pasos de esta célebre pirata, seguramente la más poderosa de todos los tiempos que,  en la primera mitad  del S. XIX,  llegó a tener mando sobre más de 2000 barcos y muchos miles de personas.

Zheng Shi, también conocida como Madame Ching y de varias otras formas,  era una prostituta antes de su matrimonio con el pirata Zheng Yi, ya bien asentado en el oficio. En Vietnam adoptaron un niño, al que llamaron Zhang Bao, que sería muy importante en la vida personal y profesional de Zheng Shi.  El fallecimiento de su marido en una galerna  en 1807 no le pilló desprevenida, puesto que ya habia concluido una alianza pirata con más de 400 barcos y 70.000 marinos que ella comandaba. Enamorada de su hijo adoptivo o,  simplemente calculadora, se casó con él consolidando el control familiar de la flota pirata.

Es famoso el código que elaboró para mantener el orden en sus huestes y lograr la plena obediencia de sus subordinados. Las aldeas que ayudaban a los piratas no podian ser saqueadas, castigándose los hechos como crimen capital. Al igual que el robo del tesoro común y la violación de las mujeres prisioneras. Incluso la relación sexual consentida se penaba con la decapitación del hombre; a la mujer se le arrojaba por la borda.

La historia de los actos de pillaje que se le atribuyen es interminable y no deja exentos a pueblos, aldeas y diversos tipos de barcos mercantes. Cuando se convirtió en un problema para el gobierno chino, varias flotas se dirigieron contra ella sin resultado positivo alguno. Los barcos eran capturados y pasaban a engrosar la flota pirata. El problema llegó de sus competidores en el oficio y singularmente de otro rival llamado O-po-tae, quien consiguó la retirada de la flota de Zheng Shi, aunque temeroso de las represalias de nuestra protagonista, optó por solicitar el perdón del gobierno y abandonar la actividad.

A similar decisión llegá también Zheng Shi, ante el reisgo de enfrentarse con nuevas flotas enviadas por el gobierno. Este accedió a otorgar el perdón  para ella y para  toda su flota en 1810. De modo que, hechas las paces, su hijo adoptivo y lugarteniente, convertido ya en su marido, ocupó una posición cómoda como funcionario del gobierno chino. No así Zheng Shi, cuya vida activa se prolongó como empresaria de un burdel y una casa de apuestas en Cantón hasta su muerte en 1844. 

Buena parte de los datos biográficos de Zheng Shi provienen de Richard Glasspole, un oficial de la Compañía de las Indias Orientales, capturado por ella, que escribió sus aventuras en un relato que se publicó muchos años más tarde.

Información proveniente de:

National Geographic: Ching Shi, la reina pirata china

Hislibris: Reinas de los mares. Las mujeres piratas alrededor del mundo- Jane Yolen

Wikipedia: Zheng Shi