2021/05/03
El reinado de Felipe IV está profundamente marcado por el peso de quien fue durante veintidós años su valido y principal consejero, Don Gaspar Guzmán, Conde Duque de Olivares. Un hombre que, en contraposición al Duque de Lerma, ha pasado a la historia como un hombre ambicioso aunque bastante honrado para la época y con una notable visión de estado, más allá de sus errores.
Frente a la relativa paz del reinado de Felipe III, el de su hijo no estuvo exento de guerras en diversos frentes: el francés y el holandés, desde luego, pero sin olvidar las sublevaciones de Cataluña y Portugal. Con claridad, el balance de poder en Europa empezaba a declinar para España y las reformas ideadas por Olivares para el gobierno de aquel extenso imperio no dieron el fruto deseado.
La entrada de hoy tiene un carácter coral y viene avalada por historiadores académicos que nos son muy familiares. John H. Elliot, Profesor en Princeton, traza la biografía básica del personaje e insiste en su carácter y sus móviles, que complementa Antonio Domínguez Ortiz, de la Real Academia de la Historia, subraya las mercedes, honores y fortuna adquirida desde su privilegiada posición. En los aspectos más políticos, Jose Francisco de la Peña desarrolla sus proyectos reformistas tanto de las instituciones de gobierno de la monarquía como de su financiación y Jose Alcalá-Zamora analiza su política internacional