Nuestra historia: El Marqués de la Ensenada (47)

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2021/07/01 

En la entrega anterior ya nos referimos con alguna extensión al papel del Marqués de la Ensenada en los gobiernos de Felipe V y Fernando VI. Su figura, sin embargo, bien merece una entrada propia por su relevante papel en algunas reformas trascendentales para la recuperación de la monarquía hispánica tras el cambio de dinastía de los Austrias a los Borbones y los claros síntomas de decaimiento de su importancia política luego de la guerra de Sucesión y el tratado de Utrecht.

De una familia hidalga pero pobre, Zenón de Somodevilla y Bengoechea, alcanzó nutridas  alabanzas de sus coetáneos y las mayores  cotas de poder con Fernando VI, hasta que las intrigas palaciegas,  a las que no eran ajenos los manejos de la diplomacia británica, consiguieron desplazarlo del poder de modo abrupto, bajo acusaciones de alta traición, que le valieron el destierro y el confinamiento.

Hay dos realizaciones de gran alcance, que se deben a su empeño y su inteligencia: la reforma de la Hacienda pública, con la implantación del Catastro y la Contribución Unica y la recreación de la Armada. En el primer asunto, la trascendencia del asunto fue definitiva para el saneamiento de las finanzas publicas y para volver realizable la política de reformas que lideró en otros terrenos. Un paso complementado por la creación del Real Giro, para pagar las deudas en el extranjero, antecedente del Banco de San Carlos, que lo fue del Banco de España. En cuanto a la Armada, su tarea de fortalecimiento, modernización y organización, en la que tuvo la colaboración de Antonio de Ulloa y Jorge Juan,  es de todo punto destacable, hasta el punto de volver a hacer de ella una fuerza reconocible, orientada  a preparar la guerra en tiempo de paz,  pero capaz de enfrentarse a la amenaza británica en América. Por último, en la linea de asegurar los ingresos públicos y el poder de la monarquía frente a la Iglesia, no puede desconocerse su paternidad en el Concordato de 1753, seguramente el Concordato más regalista de la historia, por el que Roma cedía a la hacienda del rey pingües rentas. La parte más oscura de su legado esta asociada con el trato dispensado a los gitanos, su proyecto más despótico, a quienes pretendió exterminar tras la “prisión general” del verano de 1749, llegando a poner en práctica la separación de hombres y mujeres para “impedir su generación”.

Su figura, con sus innegables luces y sombras,  sigue dotada de una importante capacidad de atracción por su inteligencia, habilidad y tesón. El Padre Isla, amigo suyo confeso, dijo que era “el mayor ministro que ha tenido la monarquía desde su erección”. Un buque de la Armada Española lleva hoy su nombre, mientras sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres, en San Fernando, en la bahía de Cádiz.

La entrada de hoy se debe a José Luis Gómez Urdáñez, Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de La Rioja y ha sido publicado por la Real Academia de la Historia en su Diccionario Biográfico.

El Marqués de la Ensenada