1 de marzo de 2020

MiriamNoticias desde el PROS

1 de marzo de 2020.

A bordo del Pros, situados en latitud 38º 36,526 S y longitud 74º 58,827W, a las 19:40 horas del día 1 de marzo de 2020, hemos superado los 50 bramadores y los 40 rugientes. Atrás han quedado el frío y los vientos que nos amenazaron en Paso Tortuoso.

Navegamos a esta hora con ventolinas de aleta y con una incómoda ola corta que no nos ha dejado dormir la pasada noche. Bueno, la verdad es que esta noche ha hemos tenido algo más que ventolina y el SW ha subido hasta los 30 nudos con alguna racha cercana a los cuarenta. Afortunadamente, venía por la aleta, que es por donde deben venir los vientos honestos. Pero el saludo de toda la tripulación a la hora de levantarse se repetía: “buenos días, no he podido dormir nada”. Alguno incluso se ha caído de la cama en un bandazo, por desarme de la balancera. Afortunadamente, sin consecuencias. La tripulación del PROS es gente recia y no carente de buena suerte.

Pero no todo ha sido sufrimiento. De buena mañana hemos visto cómo la caña de pescar se doblaba sobre sí y Javier, tras ardua lucha con el sedal, ha subido a bordo un magnifico atún de unos 5 kilos que, después de fileteado por las expertas manos de Juan Manuel, ha sido debidamente congelado como medida de precaución.

Pero las sorpresas no han quedado ahí. Dos horas después vuelve a sonar la carraca y a doblarse la caña. En esta ocasión Juan Manuel ha subido a bordo una barracuda de unos 6 kilos. Repetimos la operación y hacemos acopio de reservas en el congelador para los días de penuria.

¡Qué pena no haberlos pescado días atrás!, cuando sufríamos escasez de víveres y tuvimos que ser asistidos por un yate que gentilmente nos pasó una parte de su despensa, para aliviarnos lo suficiente como para llegar a Puerto Montt en perfecto estado.

Después de tan mala noche, con las emociones de la pesca y un magnifico marmitako preparado por las expertas manos de Maite, toda la tripulación ha dormido una prolongada siesta.

El parte meteorológico nos indica que hasta nuestra llegada a Algarrobo el próximo jueves se repetirán días de ventolinas por la aleta y olas. Tendremos que acostumbrarnos.

Hasta la próxima crónica.

Fernando Fernández de Mesa